Qué es la frenada regenerativa de Silence
Todos sabemos que para detener una moto debemos “tirar” de los frenos. El sistema es sencillo las pastillas presionan el disco, y el rozamiento, la fricción, hace que la moto disminuya la velocidad convirtiendo la energía cinética en calor. Por esa razón los discos queman después de frenar. El sistema funciona, pero no aprovechamos la energía, literalmente la estamos tirando. En Silence sabemos lo importante que es no desperdiciar nada y por eso utilizamos la frenada regenerativa en todos nuestros modelos.

¿Cómo funciona la frenada regenerativa?
Nuestro sistema es mucho más eficiente, pues convierte en energía eléctrica, lo que antes solo era calor desperdiciado.
El mismo motor eléctrico que impulsa el vehículo, cuando activamos los frenos, invierte su funcionamiento, y se convierte en un generador que produce electricidad. Cuando frenamos, o vamos cuesta abajo, son las ruedas las que mueven el motor y no a la inversa, entonces nosotros usamos el motor para generar energía eléctrica. ¿Recuerdas las antiguas dinamos de las bicicletas? Pues conceptualmente es lo mismo, pero en vez de luz aprovechamos la energía para recargar la batería.
Esto no quiere decir que no utilicemos los frenos convencionales en nuestras motos Silence, sino que aprovechamos el freno motor, como haríamos con un motor convencional al reducir marchas. La diferencia es que en lugar de “tirar” la energía, la electricidad producida se almacena nuevamente en la batería pudiendo ser totalmente reaprovechada.
Por eso nuestros modelos tienen la mejor autonomía del mercado. Por ejemplo con la Silence S01, podemos superar los 115 kilómetros de autonomía, todo un récord en su categoría. Siempre reutilizamos toda la energía. Cuando nos aproximamos a un semáforo, hasta que nos detenemos completamente la moto va cargando la batería. En definitiva siempre que dejemos de acelerar, por ejemplo en una cuesta abajo, siempre que las ruedas empujen el motor, estaremos cargando de manera automática y limpia nuestra batería.
Una última cosa. Con el motor parado, volvemos al ejemplo del semáforo, a diferencia de un motor de combustión, una moto Silence no gasta nada. Un motor convencional, mientras esta al ralentí sigue funcionando, gastando, emitiendo partículas. No gastar es inútilmente es la mejor forma de ahorrar.
Por otro lado, con la frenada regenerativa conseguimos no solo una mayor eficiencia, sino que utilicemos mucho menos los frenos convencionales, es decir las pastillas y los discos sufrirán un menor desgaste. Todo ello nos llevará a unos intervalos de revisión mucho más largos que se traducen en unos costes de mantenimiento más reducidos.
“La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”
Por cierto, hay un vehículo, solo uno en el mundo, que solo funciona con energía regenerativa. No necesita una recarga exterior. En el próximo capítulo te contamos como lo hace. No es magia, palabra. Te damos una pista, muy, muy científica: la energía no se crea ni se destruye solo se transforma. Ahí lo dejamos.